Ciudad Victoria, Tamaulipas/ Lupita Domínguez González
El subsecretario de Desarrollo Pecuario y Forestales, Cuauhtémoc Amaya García advirtió que es ‘totalmente real’, la posibilidad de que el Gobierno de Estados Unidos cierre la frontera a la exportación de ganado mexicano.
Ante ello, el Gobierno de México deberá aplicar medidas contundentes para controlar y erradicar el gusano barrenador en el sur del país ya que el gobierno estadounidense estableció como fecha límite el próximo miércoles 30 de abril.
“El comunicado es oficial y no habrá prórroga. Si para el 30 de abril no hay acciones claras y contundentes con respecto a las acciones para controlar el gusano barrenador, erradicarlo aquí en México, se cerrará la frontera para el 30 de abril”, recalcó.
Como Estado dijo que se sale de sus manos, pero si prende las alerta porque definitivamente si no se hacen las acciones pertinentes cerrarán las fronteras el miércoles.
Este requerimiento se formalizó mediante un oficio emitido por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), en el que también se solicitó a México permitir la operación de vuelos que liberen mosca estéril como parte de la estrategia binacional de erradicación.
Aunque el problema se concentra en el sur del país, sus efectos serían a nivel nacional, afectando directamente al sector ganadero de Tamaulipas, que ha hecho fuertes inversiones para mantener su estatus sanitario.
“Si no se controlan los brotes en el sur, cerrarán la frontera y nuestras inversiones en sanidad quedarán prácticamente estériles”, lamentó.
Precisó que en Tamaulipas operan actualmente cuatro puntos de inspección ganadera ubicados en Altamira, Tula, San Antonio Rayón y Antiguo Morelos.
En estos sitios se revisan los embarques que provienen del centro y sureste del país. “Tenemos personal capacitado y todos los productos necesarios para atender cualquier caso de gusanera que detectemos”, puntualizó.
Por último, señaló que el cierre de las fronteras del país dejaría graves repercusiones económicas luego de que el ganado en pie, que hoy se cotiza entre 100 y 110 pesos por kilo, podría desplomarse a 30 o 35 pesos en caso de perderse el mercado estadounidense. “Sí hay demanda en el mercado nacional, pero la diferencia en precio es abismal. Sería un golpe muy fuerte para los productores”, explicó Amaya.